El acuchillador triturador
Érase una vez un cocinero que estaba partiendo las lechugas y ocurrió que se cortó la mano por un patético error. Así que se cambió la mano por una espumadera vieja.
Al día siguiente, le atropelló un autobús a toda velocidad y lo despidieron.
Sabemos que murió.
Y ahora está enfurecido con su jefe del trabajo. Por eso, cada año acude al restaurante en busca de venganza.
Se hace llamar “El acuchillador triturador”. Hay tres detalles con los que se sabe que viene:
1º Se encienden y apagan las luces.
2º Suena el teléfono y no hay nadie al otro lado.
3º Llega un autobús y nadie baja.
En realidad, es una persona normal pero, a las doce de la noche, se convierte en “el acuchillador triturador”. Entonces, es una máquina de destrucción que quiere venganza.
Un día, el nuevo cocinero lo desenmascaró y resultó que el acuchillador no era el espíritu del antiguo cocinero muerto sino… sus hijos que estaban furiosos porque habían matado a su padre.
Tan furiosos estaban que se convirtieron en zombis, serpientes estrujadoras y comedores de cabezas.
Se comieron las cabezas de los clientes del restaurante, como si fueran las gambas.
El nuevo cocinero los atacó con una pistola especial que crea jaulas. Los dos niños volvieron a la realidad y se quedaron largo tiempo durmiendo.
El cocinero nuevo ahora es el mejor cazador de monstruos.
Y el restaurante, el lugar más tranquilo del mundo.
Juan
La Muerte.
En una casa de campo había una tormenta. Cayó un trueno. Se vio una silueta. Los niños se asustaron. Llamaron a la puerta. Abrieron la puerta y… ¡No había nadie! Se oyó un chirrido en las escaleras. Bajaron. Había sangre en el suelo. Oyeron una risa.
¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!
Fueron al garaje y el techo estaba lleno de murciélagos. Salió una niebla espesa y apareció la Muerte entre las sombras.
Salieron fuera. Se encontraron el ejército de la Muerte. Tres horas después apareció la Muerte y ganaron la batalla y llegaron a sus casas sanos y salvos.
Fernando
La Casa del Reloj.
Hace ya muchos años, en San Pedro del Pinatar había un castillo encantado que se llamaba “La Casa del Reloj” porque tenía un reloj muy grande en la fachada de la casa.
A los jóvenes de aquella época les gustaba ir a esa casa porque decían que estaba encantada y que había un fantasma.
Decían que era un hombre que cuando tocaban a la puerta, sacaba una mano negra. También contaban que había tarántulas y vampiros.
Las ventanas estaban rotas y rajadas. Había un parque con muchos bichos…
Pero con el tiempo, arreglaron toda la casa por dentro y ahora es un restaurante. Es la Casa del Reloj.
Hugo
Había catorce niños en la playa por la noche. Estaban haciendo una fiesta de Halloween. Encendieron una hoguera. Después escucharon un ruido y se asustaron. Luego se fueron corriendo porque era un vampiro. Se fueron por todos los lados. Luego se reunieron y pasaron el resto de la noche juntos. A la mañana siguiente, se fue cada uno a su casa muerto de miedo. ¿Qué no te asusta la historia? Eso es porque tú no pasaste la noche huyendo del vampiro.
Anónimo