El pasado sábado un grupo de niños de la clase con Carolina y Pedro realizaron un recorrido por el Parque.
Empezamos en la playa viendo el manto de restos de posidonia que se acumula en la orilla, luego vimos la extensión de arena seca sin ninguna vegetación. Más adelante esa arena formaba dunas donde encontramos algunas plantas, las más resistentes a la sal y al entorno de la playa.
Caminamos sobre la duna por las pasarelas y en algunos momentos, la arena había sobrepasado la altura de la pasarela. Reconocimos la salicornia porque tenía unos extremos de color rojo muy salados donde acumulan la sal, también vimos el espino negro.
A medida que nos alejábamos de la playa encontramos humedales, charcas con agua y otras secas. Aquí había muchas más plantas. Algunas como la sabina, los cañizos... tenían ya mayor tamaño.
Así llegamos al primer refugio para observar aves acuáticas. Pudimos ver avocetas, cigüeñelas, flamencos, gaviotas, tarros, garzas...
Continuamos caminando por una vereda paralela a la carretera donde nos picaban los mosquitos y vimos pinos todos inclinados por la fuerza del viento. Llegamos a un segundo mirador de aves.
Así hasta llegar a un canal de agua donde pudimos ver bancos de peces (fartet).
Nos dirigimos de nuevo a la playa y volvimos a ver cómo a medida que nos acercábamos al mar disminuía el número de plantas. Llegamos a la orilla y vimos unas pelotas. Supimos que se formaban con las plantas de posidonia arrastradas por el mar que rodaban arriba y abajo empujadas por las olas.
Nos encontramos con Elena y Adrián que marchaban en bici y volvimos rápidamente al lugar de partida donde nos esperaban las madres.
Lo peor fue la cantidad de picaduras de mosquito que nos llevamos de recuerdo.
Empezamos en la playa viendo el manto de restos de posidonia que se acumula en la orilla, luego vimos la extensión de arena seca sin ninguna vegetación. Más adelante esa arena formaba dunas donde encontramos algunas plantas, las más resistentes a la sal y al entorno de la playa.
Caminamos sobre la duna por las pasarelas y en algunos momentos, la arena había sobrepasado la altura de la pasarela. Reconocimos la salicornia porque tenía unos extremos de color rojo muy salados donde acumulan la sal, también vimos el espino negro.
A medida que nos alejábamos de la playa encontramos humedales, charcas con agua y otras secas. Aquí había muchas más plantas. Algunas como la sabina, los cañizos... tenían ya mayor tamaño.
Así llegamos al primer refugio para observar aves acuáticas. Pudimos ver avocetas, cigüeñelas, flamencos, gaviotas, tarros, garzas...
Continuamos caminando por una vereda paralela a la carretera donde nos picaban los mosquitos y vimos pinos todos inclinados por la fuerza del viento. Llegamos a un segundo mirador de aves.
Así hasta llegar a un canal de agua donde pudimos ver bancos de peces (fartet).
Nos dirigimos de nuevo a la playa y volvimos a ver cómo a medida que nos acercábamos al mar disminuía el número de plantas. Llegamos a la orilla y vimos unas pelotas. Supimos que se formaban con las plantas de posidonia arrastradas por el mar que rodaban arriba y abajo empujadas por las olas.
Nos encontramos con Elena y Adrián que marchaban en bici y volvimos rápidamente al lugar de partida donde nos esperaban las madres.
Lo peor fue la cantidad de picaduras de mosquito que nos llevamos de recuerdo.
Si pulsas en la fotografía podrás ver algunas más de la visita.
Enlaces relacionados:
- Flora del Parque Regional de Salinas y Arenales de San Pedro.
- Fauna del Parque Regional de Salinas y Arenales de San Pedro.
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